Introducción
La pandemia de COVID-19 ha provocado transformaciones económicas a nivel mundial. Su impacto sigue afectando a las empresas en la actualidad. Para los propietarios de medianas y grandes empresas en Europa, navegar por la inflación tras la COVID significa enfrentarse a cambios impredecibles en los precios y a estructuras de costes inestables. También implica adaptarse a los cambios en el poder adquisitivo de los consumidores.
En este entorno incierto, los modelos de previsión tradicionales han perdido fiabilidad. Para tomar decisiones estratégicas acertadas y mantener la rentabilidad, los líderes empresariales deben adoptar nuevos métodos. En este artículo se analizan los principales factores macroeconómicos que impulsan la inflación post-COVID. También se describen herramientas de previsión adaptables a las necesidades de las empresas.
La inflación en cifras: lo que importa para las empresas
Según el Banco Central Europeo (BCE), la inflación media en la zona euro alcanzará el 2,0 % en 2025. Se espera que baje al 1,6 % en 2026 y que vuelva al 2,0 % en 2027 (BCE, junio de 2025). A primera vista, esto puede indicar estabilidad. Sin embargo, para las empresas, los componentes que hay detrás de estas cifras son más significativos.
Por ejemplo, los precios de la energía descendieron un 3,6 % interanual en mayo de 2025. Esta tendencia deflacionista reduce los costes operativos a corto plazo. Sin embargo, los mercados energéticos siguen siendo muy sensibles a los acontecimientos geopolíticos. En un entorno de inflación post-COVID, estas fluctuaciones pueden revertirse rápidamente.
Además, los costes laborales están aumentando. El BCE prevé que los salarios nominales del sector público crecerán una media del 4,1 % entre 2023 y 2025. Como resultado, las empresas privadas pueden enfrentarse a un aumento de las expectativas salariales y de los costes operativos.
Implicaciones estratégicas de los cambios estructurales
Cadenas de suministro y costes de producción
La inflación actual se debe más a causas estructurales que cíclicas. Por ejemplo, la pandemia ha puesto de manifiesto las vulnerabilidades de las cadenas de suministro mundiales. Como resultado, muchas empresas están trasladando la producción más cerca de casa. Este cambio aumenta los costes, pero mejora la resiliencia de la cadena de suministro.
Transición ecológica y cumplimiento normativo
Las presiones normativas y los compromisos en materia de ESG también requieren inversiones en prácticas sostenibles. A corto plazo, estos esfuerzos pueden aumentar los gastos. Sin embargo, pueden dar lugar a ahorros a largo plazo y a una mejora de la reputación de la marca.
Presiones del mercado laboral
Los cambios demográficos tras la pandemia y la reducción de la población activa están impulsando al alza los salarios. Esto plantea retos para los departamentos de RR. HH. Sin embargo, las empresas que invierten en la retención de empleados y en la automatización pueden seguir siendo competitivas.
Es fundamental comprender estas tendencias. Esto ayuda a elaborar estrategias empresariales resistentes a la inflación.
Por qué fallan las previsiones tradicionales
Debilitamiento de las correlaciones económicas
Muchas empresas siguen basándose en modelos de previsión clásicos. Sin embargo, estas herramientas suelen fallar en la coyuntura actual. Por ejemplo, la tradicional curva de Phillips, que relaciona la inflación y el desempleo, se ha debilitado.
Influencias globales frente a locales
La inflación posterior a la COVID está determinada por factores globales. Los precios de las materias primas, los flujos comerciales y la inestabilidad política afectan a la inflación más allá de las fronteras nacionales. Como resultado, los modelos nacionales por sí solos pueden inducir a error a los responsables de la toma de decisiones.
Cambios en el comportamiento de los consumidores
Las preferencias de los consumidores han cambiado. Ahora la gente ahorra más, compra por Internet y responde de forma diferente a los cambios de precios. Por este motivo, las previsiones basadas en el comportamiento pasado son menos fiables.
Herramientas de previsión para la inflación tras la COVID
IA y análisis de big data
Para mantenerse a la vanguardia, las empresas necesitan herramientas avanzadas. La inteligencia artificial ayuda a analizar grandes conjuntos de datos en tiempo real. Por ejemplo, puede realizar un seguimiento de las noticias, los precios y la confianza de los consumidores.
Perspectivas microeconómicas
Los datos detallados a nivel sectorial o regional permiten a las empresas ajustar sus previsiones. Este enfoque es más útil que basarse en medias nacionales.
Modelos de comportamiento
Comprender cómo reacciona la gente a los cambios económicos mejora las predicciones. Las encuestas y los datos sobre la actividad digital ofrecen información sobre la confianza de los consumidores y las empresas.
Planificación de escenarios
En lugar de una sola proyección, las empresas deben considerar múltiples escenarios. Estos pueden incluir opciones optimistas, básicas y pesimistas. Esta estrategia permite flexibilidad y respuestas más rápidas.
Impacto de la regulación en la estrategia
Ajustes de la política monetaria
Los bancos centrales desempeñan un papel clave en la configuración de la inflación. Las decisiones sobre los tipos de interés y los controles de liquidez afectan a la disponibilidad de préstamos y a los costes de inversión. En el entorno de inflación posterior a la COVID, las decisiones políticas deben equilibrar el crecimiento y la estabilidad.
Por ejemplo, unas políticas demasiado estrictas pueden limitar la recuperación económica. Sin embargo, unas políticas laxas podrían aumentar las expectativas de inflación.
Políticas fiscales y demanda de los consumidores
Las medidas gubernamentales, como las subvenciones o las desgravaciones fiscales, influyen en el comportamiento de los consumidores. Por ejemplo, las ayudas salariales aumentan los ingresos de los hogares. Como resultado, la demanda puede aumentar a corto plazo.
Las empresas que siguen estas políticas pueden adaptarse con mayor eficacia. Esto les ayuda a mantener su rentabilidad y su capacidad de respuesta.
Diferencias regionales en la inflación de la UE
La inflación en la UE no es uniforme. Los países dependientes de las importaciones de energía, como Alemania o Italia, se enfrentan a riesgos diferentes. Por el contrario, los países con políticas laborales flexibles, como los Países Bajos, son más resistentes.
Por lo tanto, no existe un modelo único que se adapte a todos. Las empresas necesitan herramientas de previsión modulares adaptadas a cada mercado. Esto es especialmente importante a la hora de gestionar los riesgos de inflación tras la COVID.
Medidas estratégicas para las empresas
Para afrontar con éxito la inflación, las empresas deben considerar varias medidas:
- Invertir en análisis en tiempo real y en socios expertos en previsión.
- Utilizar herramientas de presupuestación flexibles y basadas en escenarios.
- Incluir cláusulas de ajuste de precios en los contratos con los proveedores.
- Incorporar los criterios ESG y el riesgo climático en los planes a largo plazo.
- Gestionar los costes laborales manteniendo la competitividad.
Estas medidas ayudan a reforzar la resiliencia y a respaldar los objetivos estratégicos.
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Conclusión
La inflación posterior a la COVID no es una tendencia a corto plazo. Refleja cambios estructurales en la economía mundial. Aunque las previsiones del BCE apuntan a un retorno al objetivo del 2 %, los riesgos persisten.
Ahora es esencial contar con herramientas avanzadas y planes de escenarios. Ayudan a las empresas a mantenerse ágiles e informadas. En este panorama en evolución, la inflación debe considerarse un factor fundamental en todos los planes estratégicos.